¿Qué te llevó a fundar la consultora Ético y cómo ha evolucionado tu visión sobre el turismo desde entonces?

Desde que salí de la universidad, he trabajado en el sector turístico, un ámbito que no solo me ha brindado grandes aprendizajes, sino que también me ha permitido conocer a personas extraordinarias con una visión transformadora.

Fue en este sector donde conocí a mis dos socios, Gonzalo Silvera y Macarena Rodríguez, con quienes comparto la convicción de que el turismo tiene un poder único para generar un impacto positivo en las personas.

La creación de ético nació de la certeza de que el turismo no solo es una industria que puede generar prosperidad económica, sino que también es un punto de encuentro entre personas, culturas, naturaleza…etc., y, por lo tanto, es capaz de motivar la conexión y el cambio de manera profunda.

Desde el inicio, tuvimos claro que había una manera distinta de hacer negocios, una que integrara lo social y lo ambiental en el corazón de las empresas y los destinos turísticos.

En estos años, hemos sido testigos de una evolución constante. Así como nosotros hemos crecido, ético también ha evolucionado, adaptándose a los desafíos del sector y explorando nuevas formas de impulsar un turismo más consciente, regenerativo y con un impacto medible.

¿Cuáles son los mayores obstáculos que enfrentan los destinos turísticos en la integración de prácticas sostenibles?

Vivimos en tiempos convulsos, donde las noticias negativas suelen ocupar la mayor parte del espacio mediático. Esto genera un sentimiento de desesperanza generalizada, que muchas veces frena el avance hacia modelos de desarrollo más sostenibles. Sin embargo, creo firmemente que es posible cambiar esta visión: cada pequeño cambio cuenta, y hay personas extraordinarias trabajando por el bien común a las que debemos dar visibilidad.

Uno de los principales desafíos es precisamente este: la falta de referentes visibles que inspiren y motiven a otros a actuar. Para superar este obstáculo, es crucial que la comunicación, la información y la formación estén alineadas con la creación de entornos que favorezcan el cambio.

Necesitamos narrativas que no solo expliquen la importancia de la sostenibilidad, sino que también muestren ejemplos reales de éxito y generen confianza en que un turismo más sostenible y regenerativo es posible.

¿En qué consiste un plan de circularidad en turismo y cómo contribuye a la sostenibilidad de un destino?

Nuestro modelo de consumo basado en extraer, producir, consumir y desechar es insostenible. Actualmente, el Día de Sobrecapacidad de la Tierra llega tan pronto que casi necesitaríamos dos planetas para sostener nuestro ritmo de consumo a nivel mundial.

En el turismo, esta realidad se traduce en una extracción desmesurada de los recursos naturales, una alta generación de residuos y un impacto ambiental que amenaza la viabilidad de los propios destinos. No podemos seguir operando bajo un modelo lineal que agota lo que el planeta no puede regenerar.

Un plan de circularidad en turismo es la respuesta para cambiar esta dinámica. Se trata de la realización de una planificación para integrar en las organizaciones un cambio de modelo donde los recursos se mantengan en uso el mayor tiempo posible, optimizando agua y energía, reduciendo residuos desde el origen y apostando por modelos de producción y consumo locales, de cercanía y regenerativos.

Afortunadamente, sabemos cómo hacerlo; lo que nos falta es voluntad para iniciar esta transformación, tanto personal como organizacional.

¿Qué elementos clave analiza Ético al asesorar a un destino para convertirse en un referente sostenible y cómo se asegura de que las acciones sean medibles y efectivas a largo plazo?

Uno de los pilares fundamentales en nuestro trabajo es el conocimiento compartido. Desde ético podemos diseñar planes estratégicos y definir acciones concretas, pero si las personas que forman parte del destino no creen en el cambio y no se sienten parte de él, los esfuerzos pierden impacto.

Por eso, nuestra metodología se basa en la co-creación: trabajamos directamente con los equipos locales, adaptándonos a su realidad, escuchando sus necesidades y generando estrategias alineadas con sus capacidades y objetivos.

Otro aspecto clave es la medición del impacto. No creemos en estrategias genéricas, sino en el diseño de indicadores específicos y consensuados con cada organización para garantizar que las acciones implementadas sean efectivas y sostenibles en el tiempo. Más allá de fijar métricas, nos aseguramos de que los propios actores locales sean quienes participen en la definición de estos indicadores, porque solo así se consigue un compromiso real con el cambio.

¿Qué diferencia al turismo regenerativo del turismo sostenible y cómo lo implementa Ético en sus proyectos? ¿Qué beneficios tangibles has observado en los destinos que adoptan este enfoque?

El concepto mismo lo deja claro: «sostener» significa mantener algo en su estado actual, pero en el contexto en el que vivimos, ¿realmente queremos simplemente mantener las cosas como están? La crisis climática, la pérdida de biodiversidad y las desigualdades socioeconómicas nos exigen ir más allá. Es necesario regenerar.

El turismo regenerativo no se limita a reducir impactos negativos, sino que busca dejar los lugares en mejor estado del que los encontramos. Para lograrlo, es fundamental entender que somos parte de la Naturaleza, que dentro de ella existen sistemas sociales interconectados y que dentro de estos sistemas hay modelos económicos que deben evolucionar para generar cambios positivos.

En nuestros proyectos, aplicamos este enfoque ayudando a los destinos y organizaciones a rediseñar sus estrategias desde una perspectiva que priorice la regeneración del ecosistema natural y social.

¿Qué significa para ti haber sido incluida en el Ranking de las 150 personas más influyentes en turismo en 2025 por Sergestur?

Cuando me lo comunicaron por primera vez hace tres años, fue una auténtica sorpresa y un gran honor. En aquel momento, ético apenas comenzaba su trayectoria, y encontrarme en un listado junto a profesionales a los que admiro profundamente fue un reconocimiento inesperado.

Este logro no es solo mío, sino de todo el equipo que me acompaña. Sin mis compañeros, nada de lo que hemos conseguido sería posible. Lo que más me alegra es que la sostenibilidad tenga cada vez más presencia en espacios de influencia dentro del sector turístico y que nosotros podamos representar este enfoque en el listado. Es una señal de que el cambio está en marcha y que nuestra labor contribuye a ello.

¿Qué es para Laura Garrido el turismo sostenible?

Para mí, el turismo sostenible es un proceso de mejora continua. No es un estado fijo ni una meta final, sino una forma de cuestionarnos constantemente cómo podemos hacer las cosas mejor.

Significa tomar decisiones más conscientes, considerar el impacto de nuestras acciones en el entorno y en las comunidades, y asumir la responsabilidad de dejar un buen legado a las generaciones venideras.

Se trata de encontrar el equilibrio entre la rentabilidad económica, el bienestar social y la conservación del medioambiente, entendiendo que cada paso cuenta y que cada pequeño cambio puede marcar la diferencia en la construcción de un turismo con propósito.

Como dice Eduardo Galeano: “Mucha gente pequeña, en lugares pequeños, haciendo cosas pequeñas, puede cambiar el mundo»