Karla Galván Villaseñor: Me considero una slowmad, una nómada digital que viaja lento, ya que combino el trabajo remoto con un estilo de viaje más relajado.
Maestra en Turismo, Desarrollo y Patrimonio | Anfitriona del podcast Mente Turística | Slowmad
Cuenta con más de 13 años de experiencia en empresas de hospedaje en diferentes segmentos del sector de lujo en México, Estados Unidos y China. Durante estos años se ha cuestionado cómo funcionan varios aspectos del turismo. Estudiando la maestría, comenzó la pandemia del Covid-19, por lo que los impactos ambientales, económicos y sociales del turismo se magnificaron a nivel mundial; pudo ver claramente que necesitaba dar la vuelta y repensar su forma de ver el turismo.
Ese año decidió frenar su carrera profesional y dedicarse a promover un turismo más sostenible y respetuoso en todos los aspectos, especialmente en el social. Para ella es fundamental saber que su trabajo impacta positivamente en todo el entorno y en las personas que se benefician de él; le interesa saber de dónde vienen y adónde van los recursos humanos, ambientales y económicos de su trabajo.
Disfruta conociendo los puntos de vista de otras personas y entender sus perspectivas de vida; le gusta saber que lo que hace facilita la vida de las personas y busca formas más sencillas de hacer las cosas. Le gusta escuchar, colaborar y aportar.
En relación con la situación actual que estamos viviendo, ¿cómo crees que está influyendo la pandemia en los hábitos de los turistas?. ¿Cómo piensas que será el turismo a corto plazo?
Considero que la actitud de los turistas actuales depende de la experiencia que vivieron durante la pandemia, vemos que las personas que experimentaron más restricciones durante el confinamiento tienden a viajar de manera exhaustiva para “compensar el tiempo perdido” – lo que se nombró como revenge travel.
Otros turistas optaron por aprovechar sus vacaciones para reunirse con su familia, regresar a lugares que ya conocían (y a los que ansiaban regresar) y a consecuencia de las vacaciones retrasadas, otros turistas decidieron aumentar su gasto para disfrutar de vacaciones más lujosas.
La pandemia modificó innumerables aspectos de nuestra vida y eso se traducirá en el sector turístico sin duda, nos dimos cuenta que el trabajo no necesariamente tiene un lugar fijo, ahora es posible mezclar nuestro tiempo de trabajo (o escuela) con nuestro tiempo libre; es común ver que las familias pasan más tiempo en un destino y viajan en temporadas poco usuales ya que varios programas educativos implementaron la modalidad virtual de manera permanente.
A corto y mediano plazo, me gustaría ver que más viajeros opten por experiencias de viaje razonadas, que elijan destinos en los que realmente su visita beneficie a la comunidad local – lo cual se traduce en experiencias auténticas y memorables para los viajeros.
Viajar ya no implica solamente cubrir una necesidad de esparcimiento efímera, al viajar debemos ser conscientes de que nuestra visita genera un impacto, el lugar que visitamos es el hogar de alguien más, es importante que al visitarlo lo cuidemos como si fuera el nuestro.
Tenemos una responsabilidad a nivel individual a la hora de consumir servicios y productos turísticos y en nuestro comportamiento con el destino que visitamos. ¿Qué consejos o recomendaciones podrías dar a otras personas para hacer un turismo responsable?
Para tomar decisiones responsables al viajar es importante preguntarnos cuales serán los impactos positivos o negativos de nuestro viaje.
Cada decisión que tomamos respecto al viaje implica un impacto en el destino que visitaremos, cómo vamos a llegar, dónde nos alojaremos, dónde comeremos, qué lugares vamos a visitar; si tomamos un poco más de tiempo para pensar a quien beneficia nuestro gasto en el destino podremos tomar mejores decisiones y además tendremos una experiencia más auténtica.
Siempre será mejor buscar alojamientos, establecimientos de comida, y proveedores de actividades que sean propiedad de lugareños, así procuramos que el beneficio se quede en el destino que visitamos (si optamos por grandes complejos que nos mantienen alejados de comunidad local “real” seguramente estaremos beneficiando a entidades extranjeras).
Además el contacto con los pobladores locales dará pie a experiencias más interesantes, conoceremos el destino a fondo.
También recomiendo investigar el destino que visitamos, es bueno leer algunas noticias del lugar a visitar para saber la realidad que vive la población local, esto nos dará una perspectiva más realista y una vez que estemos en el destino será una buena oportunidad para conversar.
En ocasiones tomamos decisiones de viaje apresuradas que resultan en malas experiencias, aunque realizar investigación previa sea poco práctico vale la pena invertir el tiempo suficiente en conocer el lugar con anticipación, se aprende mucho en los primeros contactos, por ejemplo, al reservar un lugar o al contactar a los prestadores de servicios para hacer alguna pregunta.
Si somos turistas que deseamos vivir una experiencia de turismo sostenible en México, totalmente genuina, ¿qué nos recomendarías hacer?
Hay organizaciones que llevan varios años haciendo un excelente trabajo en cuanto al apoyo y la difusión del turismo sostenible, recomiendo vivir experiencias a través de esas organizaciones que ya han estudiado el impacto turístico en los destinos, trabajan alineados a los Objetivos de Desarrollo Sostenible y buscan un desarrollo sostenible del sector; estas organizaciones funcionan como enlace entre los visitantes y las comunidades receptoras fomentando el respeto mutuo.
Hay experiencias turísticas en México que van desde sembrar árboles en Chiapas donde habitan especies como el mono saraguato o el mono araña o asistir a un temazcal – que es un ritual ancestral a través de un baño de vapor de hierbas medicinales y aromáticas para la purificación física, mental y espiritual.
Con la pandemia se desarrollaron experiencias en línea muy interesantes, por ejemplo a base de la colaboración social con el Conservatorio de la Cultura Gastronómica Mexicana para difundir la riqueza de la gastronomía mexicana a través experiencias online.
Las experiencias las imparten cocineras tradicionales, chefs y productores, a raíz de esta colaboración especial se logra que el 100% de los ingresos vayan directamente a los anfitriones y al Conservatorio.
Les recomiendo especialmente dos de estas experiencias gastronómicas online: los sabores de Michoacán (que es la región de donde soy originaria) y Oaxaca y sus moles.
Al vivir estas experiencias online beneficiamos directamente a los anfitriones y no generamos impactos negativos en el destino – al contrario, apoyamos a comunidades que de otra forma no podríamos conocer.
En uno de tus artículos hablas del «movimiento slow». En tus viajes, ¿te consideras una turista slow?
Conocí el movimiento slow hace algunos años y me llamó mucho la atención el poder que tiene desacelerar nuestra vida en todos los aspectos, poco nos damos cuenta de la rapidez con la que vivimos ahora.
Mis primeras experiencias de viaje siempre fueron con mi familia y al reflexionarlo ahora me doy cuenta de que desde hace mucho tiempo viajábamos de manera “slow”, buscamos hospedarnos en lugares idóneos para largas estancias y con el tiempo fuimos extendiendo nuestras estancias por más días, semanas y luego meses.
Las mejores experiencias han sido las más largas, solo así es posible experimentar esos momentos cotidianos que usualmente pasan desapercibidos para los turistas de fin de semana, los pobladores locales también cambian su actitud al vernos por más tiempo, hasta en los lugares menos amigables el trato de los locales cambia; mucho cuenta la actitud que tenemos como visitantes y la disposición que mostramos para conocer y respetar el modo de vida local.
Ahora me considero también slowmad (una nómada digital que viaja lento), ya que combino el trabajo remoto con un estilo de viaje más relajado – sin prisas; prefiero viajar a un lugar y permanecer más tiempo en ese mismo destino y solo desplazarme eventualmente para conocer destinos cercanos; viajar de esta forma me permite encontrar esos momentos cotidianos en el lugar que visito sin descuidar mi trabajo, así encuentro tiempo para todo.
Me gusta viajar a destinos menos “turistificados” dentro de México, de esta forma puedo conocer otras realidades dentro del mismo territorio y el impacto del viaje es menor.
De los viajes que has realizado hasta ahora, ¿cuál es el que más te ha impresionado?
Sin duda el viaje más significativo fue el que realicé a China, aunque fue un viaje de trabajo esos seis meses me permitieron interactuar con personas de diversas regiones y países que hicieron esta experiencia de viaje y de trabajo inolvidable; conocer los puntos de vista de las diferentes personas sobre el país y las costumbres hizo que adquiriera una visión diferente sobre China – es mucho más de lo que imaginamos en los países occidentales y en contraste, también tenemos muchas cosas en común.
Esta experiencia me permitió conocer aspectos laborales diferentes a los que había vivido hasta ese momento, se convirtió en un reto que disfruté y del cual obtuve muchos aprendizajes; la comida, el idioma, las costumbres, implicaban un esfuerzo diario para conocer y respetar otras formas de ver el mundo, aprendí que puedo hacer cosas que nunca creí posibles y descubrí que tengo la capacidad de desarrollarme profesional y personalmente en lugares muy distintos.
Acabas de poner en marcha un nuevo proyecto denominado «Mente Turística». Háblanos un poco del mismo.
Vengo trabajando en este nuevo proyecto desde hace unos meses con mi colega y amigo Ernesto de la Garza, a raíz de nuestras largas conversaciones sobre psicología y turismo decidimos crear un podcast para compartir nuestras pláticas sobre las habilidades sociales que podríamos desarrollar o mejorar quienes trabajamos en el sector turístico.
Mente Turística une estos dos aspectos que a ambos nos interesan y que creemos que pueden orientar a más personas a tomar mejores decisiones profesionales, sabemos que existen numerosas problemáticas sociales en el sector y muchas de ellas podrían manejarse o resolverse de diferente manera.
Buscamos utilizar nuestros conocimientos y experiencia para orientar a los profesionales del sector turístico, y del sector empresarial en general, a desarrollar sus habilidades como líderes de cambio además de potenciar la cultura organizacional en beneficio del talento humano, las empresas y la comunidad.
Publicamos un episodio nuevo cada semana, yendo cada vez más a fondo sobre los temas que nos encontramos diariamente en nuestra actividad; pueden encontrarnos como Mente Turística en donde quiera que escuchen podcasts.
¿Qué es, para Karla Galván, el turismo sostenible?
Para mí el turismo sostenible es reflexionar sobre lo que implican nuestros viajes a largo plazo, dejar de ver los viajes como una necesidad o un privilegio y tomarlos como una oportunidad para crecer personalmente.
Un buen viaje cambiará tu punto de vista sobre algo y qué mejor si tu puedes ampliar la visión de alguien más mientras viajas.
Debemos tomar decisiones de viaje con la intención de beneficiar directamente el lugar que visitamos y cuando sea posible procurar hacer algo bueno por ese lugar, decisiones tan simples como tirar basura en lugares adecuados y consumir productos o servicios de lugareños implican el apoyo a ese lugar – es así como cuidaremos de ese hogar de otras personas, como lo mencionaba antes.
Tomar estas decisiones representará un beneficio para la comunidad local que podrá mantener sus condiciones de vida y evitar problemáticas como la migración, que después deriva en pérdidas de identidad cultural para localidades o comunidades que dependen del turismo.
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Estás publicaciones, son muy importantes para la reflexión, aprendiza e intercambio de conocimiento entre los turismólogos, para difundir las necesidades imperantes de nuevos comportamientos para la sostenibilidad