
Francisco Javier del Nogal: el sector turístico es uno de los sectores económicos que más se pueden ver afectados por el deterioro medioambiental y por conflictos político-sociales.
Abogado - Director General del Despacho Tourism&Law - Especialista en Derecho Turístico - Asesoría y Dirección de Empresas Turísticas | España
Licenciado en Derecho por la Universidad Autónoma de Madrid. En 1988 entró a formar parte de Juliá, dirigiendo el área jurídica hasta 2003, año en el que, con su condición de bróker titulado, se integra en InterMundial Seguros como director del Área de Riesgos Profesionales.
En la actualidad, ostenta el cargo de vicepresidente del Grupo Atlantigo, con presencia en 7 países, formado por diferentes empresas (Tourism & Law, Intermundial, Mana, Servisegur, …) que ofrecen seguros, soluciones y servicios jurídicos y de atención al cliente a viajeros y empresas turísticas.
Apuesta por la formación continua, propia y de sus equipos, habiéndose especializado en Derecho Turístico y Seguros a través de varios postgrados, tanto en el Colegio de Abogados de Madrid como en las universidades Complutense, Politécnica de Madrid y Pontificia de Comillas.
¿Cómo ha influido tu experiencia en diferentes áreas del derecho turístico en tu perspectiva sobre la sostenibilidad en el sector?
Es obvio que el sector turístico, para el que en Tourism&Law trabajamos casi en exclusiva, es uno de los sectores económicos que más se pueden ver afectados por el deterioro medioambiental y por conflictos político-sociales.
En consecuencia, es uno de los más preocupados por la sostenibilidad, desde su perspectiva más amplia.
Desde mi experiencia, hemos observado un notable esfuerzo por parte de nuestros clientes de realizar un cumplimiento estricto de la normativa que les afecta en este ámbito y un creciente interés en la participación en programas de sostenibilidad que van mucho más allá de lo que les exige la norma pero que, sin ninguna duda, les empiezan a exigir sus clientes, cada día más concienciados también.
¿Qué papel juegan las normativas nacionales e internacionales en la promoción de un turismo más responsable y sostenible?
Entiendo que proporcionan un marco mínimo que ayuda a concienciar a las empresas de que es un aspecto al que deben dedicar atención y recursos.
Pero, para mi, es mucho más importante la presión que ejercen los consumidores y la importancia que le dan las propias empresas, como factor diferencial de sus propuestas de valor, lo que hace que el propio mercado «obligue» a trabajar de manera decidida en la responsabilidad social corporativa y la sostenibilidad, si no quieres quedarte fuera de foco.
¿Cómo puede la ley proteger mejor los entornos naturales frente a las presiones del turismo masivo?
Es complicado, ya que el turismo es un sector económico muy importante y un motor de desarrollo evidente para los territorios y las colectividades. Ello hace que no puedan desatenderse los intereses de las empresas turísticas y que los Gobiernos deban trabajar en mantener un entorno que les permita realizar su negocio y proporcionar empleo y riqueza.
Pero el Poder Legislativo debe también pensar en el futuro de nuestro planeta y de los territorios sobre los que legisla, aunque a veces esto genere conflictos. Para mi la clave es que, en la situación en la que estamos en el año 2025, no debemos permitir que ningún entorno natural empeore.
Hemos llegado al límite, y la ley debe preservar con determinación lo que tenemos. Eso no significa que siempre haya que limitar el turismo… en algún caso puede ser necesario pero, en muchos otros, hay que acompañar el crecimiento con medidas (públicas y privadas) que hagan que nuestros entornos naturales no se deterioren más de lo que están y, donde sea posible, se vayan recuperando.
¿Existen normativas específicas que favorezcan a las empresas turísticas que apuestan por la sostenibilidad?
Existen, y se irán desarrollando cada día más. No creo que sea este el lugar donde enumerarlas. Sin embargo, si me gustaría hacer mención a los proyectos de Certificación, como el que ha elaborado el ICTES en España, y que ya ha permitido que más de 500 empresas turísticas se hayan certificado con la «S» de Sostenibilidad.
Creo que los certificados, cuando están soportados por un organismo serio y solvente, tienen un gran valor, ya que demuestran la voluntad individual de las empresas pOR acreditar el esfuerzo que están realizando en materia de sostenibilidad y que, además, esto pueda tener una visibilidad clara y que resulte confiable para el consumidor.
¿Qué derechos tienen los consumidores respecto a la sostenibilidad de los servicios turísticos que contratan?
Por supuesto, tienen derecho a exigir que los establecimientos o los prestadores de servicios cumplan estrictamente con la normativa aplicable. Pero además, pueden y deben exigir que las empresas cumplan con lo que anuncian.
Lamentablemente, la sostenibilidad es una preocupación real para muchísimas empresas, pero también es un reclamo publicitario que, a veces, no va acompañado de acciones reales. Yo animaría a los consumidores que observen este tipo de prácticas a denunciarlas inmediatamente.
¿Cómo afecta el cambio climático al marco jurídico del sector turístico?
Creo que el cambio climático obligará, tarde o temprano, a elaborar un marco jurídico mucho más coercitivo para las empresas, que persiga aminorar su evolución (porque parece que detenerlo será imposible), reducir su impacto y prevenir sus consecuencias más dramáticas.
¿Qué es para Francisco Javier del Nogal el turismo sostenible?
Para mi, es aquel que, sin dejar de ser una de las actividades más placenteras y enriquecedoras para las personas, ni una actividad económica que genera beneficios para las empresas del sector, no olvida que debe contribuir de manera activa y decidida a la mejora económica, social y medioambiental de aquellos territorios en los que opera.
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