Daniel Gutiérrez: el turismo, o es sostenible o no será.
Consultor en sostenibilidad y patrimonio cultural | Estrategias e innovación para territorios sostenibles.
Arqueólogo y consultor en estrategias de desarrollo sostenible basadas en los recursos culturales y naturales del territorio.
Especialista en la gestión sostenible del patrimonio cultural y natural. Realiza proyectos en el ámbito del planeamiento urbanístico, la planificación estratégica, el desarrollo turístico, el marketing territorial, la patrimonialización y la museografia.
Co-redactor del Manifiesto #TurismoReset.
Actualmente centra sus proyectos en asociar el futuro del territorio a los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de la Agenda 2030 y la Estrategia 2021-2027 de la UE.
¿Qué es Diagnosis Cultural y qué relación tiene con el turismo?
Diagnosis Cultural es una consultoría que diseña e implementa estrategias y acciones innovadoras para el desarrollo sostenible del territorio a partir de sus valores endógenos, principalmente el patrimonio cultural y natural.
Iniciamos el camino en 2008, hace más de 10 años, con la presentación de una propuesta pionera e independiente dedicada a la consultoría y asesoramiento en patrimonio cultural.
A partir del 2012 el desarrollo sostenible del territorio entró en la agenda de las instituciones públicas. Eran necesarias estrategias y acciones enfocadas a dar apoyo en estos ámbitos. La planificación estratégica, el marketing territorial, el desarrollo turístico y la comunicación cultural e institucional se convirtieron en nuevos servicios y proyectos.
Durante los últimos años hemos avanzado en propuestas innovadoras que permiten, desde una visión estratégica y holística, asociar el futuro del territorio con las líneas de actuación para el desarrollo sostenible de la ONU o la Unión Europea.
El enfoque hacia los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de la Agenda 2030 o el European Green Deal forman parte de la propuesta de servicios para instituciones y agentes públicos y privados.
El turismo y el impacto que genera la actividad turística es un aspecto fundamental para el desarrollo de los territorios, de manera que las políticas turísticas han de formar parte de las estrategias territoriales. La aproximación de Diagnosis Cultural al turismo tiene como objetivo que la actividad turística forme parte del desarrollo sostenible de los territorios, desde el punto de vista económico, social y medioambiental.
¿Qué estrategias sigue tu empresa para contribuir al desarrollo sostenible de vuestra zona de actuación?
Para Diagnosis Cultural la sostenibilidad es un factor fundamental en cualquier tipo de proyecto, sea de planificación y acción.
Quizás, siempre lo explico, como arqueólogo y especialista en patrimonio cultural, la sostenibilidad ha jugado un papel fundamental en nuestra manera de trabajar.
La investigación, la transferencia de conocimiento y la difusión de la historia social, del territorio y su evolución, las transformaciones fruto del aprovechamiento de los humanos y sus expresiones culturales, difícilmente lo podemos desarrollar sin la visión de la sostenibilidad de los recursos patrimoniales.
En definitiva, actualmente cualquier proyecto que desarrollamos tiene como base la Agenda 2030 aplicada a la planificación territorial, la planificación turística, el branding territorial o la ejecución de proyectos como centros de interpretación o espacios museográficos.
En tus publicaciones hablas del «Triángulo del Desarrollo Sostenible», ¿nos puedes hablar un poco sobre ello?
Muy interesante esta pregunta Juan Luis.
El ‘triángulo del desarrollo sostenible’ es la posición teórica de base que nos ayuda a desarrollar los proyectos desde la sostenibilidad. Es la hoja de ruta de Diagnosis Cultural que nos permite enfocar el desarrollo sostenible de los territorios.
Se trata de un sistema con tres vértices. El primero, la consciencia de los valores: el territorio es un conjunto de valores (la naturaleza, la economía, la cultura, la sociedad, la cultura, el paisaje o el patrimonio) y es fundamental ser conscientes de ellos, entenderlos como motor de desarrollo territorial, establecer su función social y hacerlos participar en la planificación estratégica del territorio.
El segundo, el cumplimiento con la Agenda 2030 y los ODS: la planificación estratégica del territorio, así como los vectores básicos de desarrollo y el conjunto de acciones han de estar enfocados a la sostenibilidad. Sin sostenibilidad no hay futuro.
Y, por último, la mejora de la calidad de vida: es el vértice fundamental de la estrategia para un territorio sostenible. Ser conscientes de los valores y trabajarlos desde una perspectiva sostenible tiene como resultado una mejora de la calidad de vida de la ciudadanía, la presente y la futura.
Todo esto conlleva implementar una metodología multinivel que permite definir la identidad del territorio a partir de sus valores endógenos; determinar el posicionamiento del territorio a partir de estrategias territoriales o sectoriales; y dinamizarlo diseñando y desarrollando acciones y políticas concretas.
¿Cómo crees que ha influido la pandemia en los hábitos de los turistas?
La pandemia ha influido de manera determinante a todo el sector turístico, tanto los destinos, como los actores turísticos públicos y privados y también a los turistas.
La crisis global del sector turístico provocada por la COVID19 ha comportado cambios profundos en el sector. La sostenibilidad de la actividad turística, en el presente y el futuro, se ha convertido en fundamental. La conciencia hacia el territorio, la población residente, el tejido socio-económico y los visitantes marcará el futuro de los destinos.
Siendo todo esto cierto, también creo que los avances hacia una práctica turística sostenible estan siendo más lentos de lo deseable. El ejemplo lo tenemos en los fondos ‘Next Generation EU’ asociados al turismo. Las convocatorias aportan una visión coherente y correcta teniendo como objetivo la reformulación hacia un modelo sostenible.
Desgraciadamente las barreras al cambio también están siendo muy fuertes. Es preocupante, por ejemplo, que en demasiados casos se continúe priorizando la visión cuantitativa por encima de la cualitativa.
Después de este análisis, y poniendo el foco en los turistas, creo que en general ha aumentado de manera importante la consciencia sobre el impacto de la actividad turística en los territorios, sus recursos y sus sociedades.
Todos los datos abalan que tras la pandemia se ha acelerado la búsqueda de experiencias turísticas con menos impacto negativo, de proximidad, auténticas y coherentes con los valores de los destinos.
Pero no podemos caer en la complacencia. La recuperación de la actividad turística post-pandemia, en muchos casos, esta volviendo sobre los pasos pre-covid19 a un sistema insostenible. El valor de la consciencia de los turistas puede ayudar a no cometer errores del pasado.
¿Qué son los ODS y cómo pueden las empresas del sector turístico contribuir a los mismos?
Te podría responder con la definición clásica que ha establecido la ONU para la Agenda 2030 y sus 17 ODS. Pero, ya con cierta experiencia, tanto en el sector turístico público como privado, creo que puedo hacer alguna aportaciones.
No hay futuro para los territorios que no planifican su futuro dentro del marco de la sostenibilidad.
Fundamental, por ejemplo el desarrollo de las Agendas Urbanas y/o rurales. Sin planificación estratégica sostenible es imposible desarrollar otras estrategias sectoriales como el turismo, por ejemplo. A partir de aquí: el turismo, o es sostenible o no será.
No hay futuro para la actividad turística que se plantee fuera del marco que establece la sostenibilidad y la Agenda 2030.
El primer elemento es entender que los ODS son una hoja de ruta. Por tanto, no sirven para justificar acciones, sinó para planificarlas. Esto es sumamente importante. Un proyecto, el que sea, va a ser totalmente diferente si los ODS están en la fase de planificación o se utilizan como justificación posterior.
Desde el punto de vista turístico, y sobre todo en los entornos profesionales y empresariales tenemos algunos directrices que nos ayudan a planificar las políticas y las actividades turísticas siguiendo los ODS.
Os propongo dos lecturas que para mi son fundamentales, inspiracionales y que son de gran ayuda:
– Guía REDS | Hacia un turismo sostenible: retos y criterios de evaluación para el sector turístico ante la Agenda 2030. Elaborada por la Red Española de Desarrollo Sostenible y el Instituto de Turismo Responsable (RTI) para medir los ODS en el turismo. Aquí tenéis el enlace: https://reds-sdsn.es/wp-content/uploads/2019/10/Gui%CC%81a-para-un-turismo-sostenible-REDS-RTI-web.pdf
– Turismo Reset | Manifiesto por un nuevo turismo comprometido con la sostenibilidad. Una propuesta necesaria de hoja de ruta para la regeneración del sector turístico a través de un modelo socialmente equitativo, ambientalmente respetuoso y económicamente sostenible. Toda la información en www.turismoreset.org.
¿En qué medida crees que el turismo sostenible fomenta la valoración del patrimonio cultural, material e inmaterial?
Como he comentado anteriormente para que un destino turístico sea sostenible, previamente el territorio debe proponer una estrategia de desarrollo basada en la sostenibilidad.
Sin una estrategia territorial general difícilmente se podran plantear estrategias sectoriales como es la turística.
Dicho esto, para hablar de turismo sostenible y valoración/protección del patrimonio cultural, me vuelvo a remitir al Manifiesto Turismo Reset, en su 4 pilar: ‘Preservar y potenciar la identidad cultural de cada territorio’.
El turismo, su planificación y actividades, ha de ser coherente y consciente con los valores del territorio. Desde esta perspectiva y siguiendo a Turismo Reset, el turismo sostenible ha de trabajar las siguientes palancas en relación al patrimonio cultural:
– Visibilizar modelos de turismo que generen valor añadido diferencial a partir de la identidad cultural de los destinos.
– Generar espacios de integración y convivencia entre el visitante y el anfitrión a fin de evitar procesos de aculturación, pérdida de identidad social y turismofobia.
– Apostar por experiencias de viaje desde factores relacionales, donde el conjunto de las interacciones con las comunidades de destino forme parte de la experiencia vital del viajero.
– Educar, concienciar y sensibilizar al turista para que sea consciente de la huella cultural que deja en el destino, tan importante como la ambiental.
– Implicar a todos los agentes turísticos y cadena de valor de los destinos en la conservación del patrimonio cultural tangible e intangible como seña de identidad, promoviendo su conservación y respetuosa difusión.
Seguir estos criterios garantiza que la actividad turística valora, conserva y promueve el patrimonio cultural del destino.
La accesibilidad se ha convertido en un requisito básico para medir la calidad de los servicios turísticos. Aún así, nos queda un camino por recorrer para lograr la accesibilidad completa. ¿Cuáles crees que son los principales retos a los que nos enfrentamos?
En España existen casi cuatro millones de personas con algún tipo de discapacidad, representando esta cifra en torno al 9% de la población.
De estas personas, más de un 65% tiene problemas de movilidad, más del 27% tienen discapacidad auditiva, alrededor del 25% tienen discapacidad visual, en torno al 19% presentan discapacidad relacionada con la comunicación y, por último, casi un 17% tienen problemas de aprendizaje.
El turismo accesible es, ante todo, un derecho. Así lo expresó la profesora de la Universidad de Alicante, Raquel Huete, en ejercicio del cargo de Directora General de Turismo de la Generalitat Valenciana. Y añadió: ‘Todos tenemos derecho a acceder a todos los servicios’. Este es el marco del turismo inclusivo y universal.
La accesibilidad es y debe ser un factor intrínseco a la calidad de los productos, servicios y entornos turísticos.
Sólo así podemos hablar de un turismo para todos y de destinos turísticos de calidad. En este ámbito me gustaría destacar el Programa de Turismo Accesible de la Comunitat Valenciana 2020-2025, que tiene como objetivo buscar soluciones específicas para mejorar los procesos de relación con el turista en todas las etapas del viaje, teniendo en cuenta los diferentes elementos que componen la cadena de valor del turismo, integrando a todos los proveedores de productos y servicios que se ofrecen al turista.
Por tanto, el reto más importante es recorrer el camino. El turismo inclusivo y universal está dando pasos firmes. La apuesta tanto de administraciones como agentes privados es cada vez más potente.
El camino de la accesibilidad corre de la mano con el de la sostenibilidad. Son indisociables.
La consciencia avanza de manera rápida, pero me temo que la planificación y la implementación de experiencias turísticas universales van más lenta de lo deseable.
En general nos queda un largo camino por recorrer para garantizar el derecho de todas las personas a disfrutar del turismo garantizando propuestas accesibles y universales.
Es importante que los agentes públicos y privados de los destinos tomen consciencia y se alineen con el turismo accesible. Es la mejor manera de garantizar una actividad sostenible que genera beneficios a las personas con discapacidad y a toda la ciudadanía en general. No dejemos a nadie atrás.
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