¿Cuándo y cómo nace «The Local Stories»? ¿Qué ofrece?

The Local Stories nace mucho antes de este viaje, pero se reinventa con esta experiencia de viajar en solitario por latinoamérica.

Nace en la ciudad de Cancún, donde llego desde España a darle un giro a mi vida. Al llegar a una nueva ciudad y, además, tan turística como esta, adentrarte en su vida y ritmo local, en sus historias, en su autenticidad, no es tan sencillo.

Así que, en la búsqueda de esta cara genuina de la ciudad que me acercara a la vida real de sus habitantes para también convertirme en uno de ellos, surgió The Local Stories. A través de este perfil buscaba, me informaba y compartía sobre cada lugar o proyecto especial que conseguía descubrir en Cancún y en mis escapadas por México.

Con mi «cambio de rumbo» y el comienzo de esta nueva aventura en la cuál dejé mi trabajo en Cancún y me fui a vivir el sueño de viajar sola por latinoamérica, decido que este perfil viaje conmigo, con el mismo espíritu pero con un destino diferente.

The Local Stories es un altavoz de historias. Una mirada «antiturista» del mundo que va un poco de mi y mucho de lo demás; va de historias que cuentan cosas que pasan al viajar. The Local Stories es un espacio para compartir vivencias y emociones genuinas de este periplo viajero. Y cuanto más local, siempre mejor.

De los destinos que has visitado hasta ahora, ¿cuál es el que más te ha impresionado?

Si tuviese que elegir un país, sin duda sería Perú. Su diversidad de paisajes, sus rutas de montaña, sus colores, su cultura, su gente, su gastronomía, sus ciudades únicas y, por supuesto, Machu Picchu, me dejaron totalmente enamorada.

Si eligiese un único destino, diría la excursión al Salar de Uyuni, en Bolivia. Una experiencia en la que durante 4 días y 3 noches recorrimos, no solo el mayor salar del mundo, sino también todo el entorno que le rodea, un paraje natural único de los Andes.

¿Alguna anécdota sorprendente de tus viajes que se pueda contar?

Todo viaje está lleno de anécdotas, pero cuando ese viaje es libre y espontáneo, estas se multiplican.

En mi viaje visito en solitario cada país, cada destino que está dentro de mi ruta, la cual va surgiendo por impulsos. Esto hace que cada día sea totalmente diferente, imprevisible y realmente emocionante.

Cada día coincides con nuevas personas que tienen una historia de vida única, historias a veces muy alejadas de tu realidad que dan un vuelco absoluto y necesario a tus propias convicciones. Cada día un nuevo lugar te sorprende o una nueva manera de vivirlo; porque la rutina se desconfigura para dar lugar a lo repentino.

Y entre tantas emociones y anécdotas vividas, aquí os van 3 porque escoger solo una no es fácil 😉

– Durante mi viaje conocí a Corey, un señor de EEUU que, literalmente, ¡vivía en una ambulancia! Me enseñó fotos y tengo toda una entrevista sobre él en mi Newsletter, donde pueden ir a verla si les resulta curioso 🙂

– En el Salar de Uyuni nos hizo tanto frío (noches de -10/-15 grados) que nos acostábamos dentro del saco de dormir con la misma ropa y la cantidad de capas que teníamos durante el día. ¡Nos tiramos 3 días viviendo y durmiendo exactamente con la misma ropa!

– En Lima, un chico sueco que estaba en el hostel, había perdido su móvil en un taxi. Le acompañé a la policía (no hablaba español) y la policía armó todo un «comando de búsqueda» del móvil del turista.

Nos tiramos toda la tarde de coche patrulla en coche patrulla y en comisaría con ellos rastreando el dispositivo, hasta que nos prensentamos en casa de un señor, con dos coches de patrulla, porque el gps marcaba el móvil frente a su casa.

Finalmente, el móvil estaba entre los asientos del taxi de ese señor y la escena acabó con foto oficial de entrega del móvil al chico + vídeo del chico agradeciendo a la policía peruana por su buena actuación. También lo tuvo que grabar en español, ¡para lo que la policía le dio un guión al chico!

En tus viajes, ¿te consideras una turista slow?

¡Mucho! Todo lo que me ha permitido mi tiempo pero, sobre todo en esta etapa, viajar con calma es la premisa de mi viaje.

Viajar lento es la única forma de conectar verdaderamente con el lugar, con las personas, con su historia, con su cultura y crear una sinergia que te empape de la esencia del lugar en el que estás.

Cuando viajas rápido visitas lugares y ves cosas, pero no los experimentas de verdad.

Tenemos una responsabilidad a nivel individual a la hora de consumir servicios y productos turísticos y en nuestro comportamiento con el destino que visitamos. ¿Qué consejos o recomendaciones podrías dar a otras personas para hacer un turismo responsable?

En mis viajes, sean de la temporalidad que sea, siempre llevo ciertas prácticas a cabo que son parte de mi «forma de vivir» en general:

* No me hospedo en hoteles masivos o que sobreexploten los destinos; porque además son lugares que te alejan de la realidad del entorno.

* Evito tours masivos que muevan gran cantidad de personas, sobre todo en entornos naturales.

* Priorizo comer y hacer mis compras en los mercados y pequeñas tiendas y restaurantes locales, ya que esto mueve la economía de las familias y comunidades de la zona.

* No ser parte de ninguna experiencia de explotación o abuso animal. El mejor zoológico es la naturaleza, ver a los animales libres y en su hábitat.

* Nunca llevar piedras, conchas, arena, plantas, etc. a modo de souvenir. Todo tiene un ciclo y forma parte de un ecosistema que no hay que alterar.

* Por supuesto, no dejar residuos en ningún lugar y, además, en la naturaleza siempre llevo una bolsa para recoger la basura que encuentro en mi camino. Sé que no es mi basura, pero sí es el lugar que habito.

* Evitar en lo posible destinos que estén muy «de moda» porque eso crea un desajuste total.

* Uso mi perfil como altavoz para contar las distintas caras de cada destino. Este es un punto muy importante, ya que si bien muestro toda la belleza que nos rodea, también comparto la triste realidad de ciertos lugares.

Por ejemplo, compartí en mi perfil la cara A y B del Parque Tayrona en Colombia y el Oasis de Huacachina en Perú, entre otros. Creo que nuestra labor como personas que difundimos sobre viajes es muy importante que, más allá de romantizar los lugares, transmitamos la realidad.

¿Cuál será tu próximo viaje?

Inicialmente, mi viaje no lo programé con ningún fin concreto, pero ya siento que se acerca. Ahora mismo me encuentro en Bolivia, pero sí tengo seguro que antes de ese final estaré visitando, al menos, el Desierto de Atacama en Chile, otro de mis sueños y que espero cumplir durante esta experiencia. Los Andes me están pareciendo un tesoro que hay que explorar.

¿Qué es para Carmen Benítez Fernández el turismo sostenible?

Primero es ser conscientes de dónde partimos; por el hecho de viajar ya estamos generando un impacto: ambiental, social, cultural, etc. Tenemos que saber que, nuestra propia presencia en entornos que no habitamos, ya produce un cambio, deja una impronta, lo importante es ser conscientes de cuál es ese efecto y minimizarlo o eliminarlo al máximo posible.

Para mí, el ser un viajero responsable es tener siempre muy presente todo lo anterior y, en base a eso, tomar las decisiones. Tenemos que saber que este lugar que habitamos es un todo, que nuestras acciones, tanto buenas como malas, acaban teniendo un efecto dominó en todo lo que nos rodea, y que lo que hagamos «lejos de casa» siempre acabará impactando en nosotros, tarde o temprano, de una forma u otra.

La clave para ser un viajero responsable está en entender que nada es ajeno, todos somos parte de un mismo lugar y que ni la naturaleza ni los entornos son territorios de conquista.