Arturo Ortiz: La sostenibilidad es un elemento transversal a toda la actividad económica y también la turística, que a su vez es transversal a otras muchas actividades.
Consejero de Turismo | Embajada de España en Berlín | TURESPAÑA
Arturo ha desempeñado gran parte de su vida profesional en Turespaña.
Abrió la OET (Oficina Española de Turismo) de Moscú en 1998 y ha dirigido además de ésta, las de Düsseldorf y Mumbai, desde donde se hizo cargo durante un año de los mercados del Sudeste Asiático y el Indio.
En la oficina central de Turespaña fue Jefe de Gabinete del Director General antes de pasar a Berlín.
¿Qué es Turespaña y cuál es su misión?
Turespaña es un organismo público responsable del marketing de España como destino de viajes.
Su misión es crear valor para el sector turístico español mediante el conocimiento y el marketing, a través de planes estratégicos, la explotación y análisis de datos y la gestión de la marca España en su dimensión turística, en colaboración siempre con los destinos españoles.
¿Cómo está conformada la Red de Turismo en el Exterior?
Turespaña cuenta con 33 Consejerías de Turismo en el exterior, que son activas en 47 mercados emisores, en todos los continentes.
A su vez están agrupadas en 8 áreas geográficas: Norteamérica, Iberoamérica, Europa del Norte, Europa Central, Europa del Este, Europa del Sur y Mediterráneo, Asia Pacífico A y Oriente medio, que incluye India, Sudeste Asiático y Australia-Nueva Zelanda y Asia Pacífico B, que incluye China, Japón, Taiwan y Corea.
Es una red altamente profesionalizada y especializada que hace a España líder en acción promocional en el exterior.
¿Se está adaptando la administración pública, en general, a esta nueva normalidad que estamos viviendo actualmente para dar respuesta al sector turístico?
El turismo ha demostrado siempre un gran dinamismo y capacidad de adaptación a las circunstancias y la demanda.
Es una actividad transversal donde todo cuenta e influye y donde se trabaja con personas. No se podría entender la actividad turística ni el marketing sin entender esa idea básica.
La demanda es fluida, no hace un viaje en la vida y ya. Sigue viajando y sigue cambiando sus hábitos y teniendo nuevas preferencias y exigencias. Y el sector, la oferta, se adapta con los recursos turísticos de los que se dispone.
Eso sucede con o sin pandemia. La pandemia ha introducido un factor de impredecibilidad y rapidez del cambio que ha supuesto un reto para todos y se han encontrado respuestas.
Aún con las limitaciones actuales los viajes siguen, la experiencia de viaje es buena y el marketing para captar turistas y que estos aporten valor añadido a los destinos continúan.
Los grandes objetivos a largo plazo no han cambiado. La actividad turística tiene que ser, también por que la demanda lo exige cada vez más, sostenible ambientalmente, pero también económica y socialmente.
La población local tiene que ver, valorar y beneficiarse de esa actividad turística, incluso aunque no formen parte del negocio propiamente dicho.
A principios de este año 2021, Turespaña organizó unas jornadas bajo el título “Reset and Restart: Nuevas oportunidades para un sector de futuro”. ¿Qué papel jugó el turismo sostenible en dicho encuentro?
El turismo sostenible, no solo ahora sino desde hace ya tiempo, tiene una importancia creciente porque están convergiendo en la misma dirección los cambios en la oferta con la evolución de la demanda.
En esas jornadas de Turespaña se pudo comprobar cómo la sostenibilidad es un elemento transversal a toda la actividad económica y también la turística, que a su vez es transversal a otras muchas actividades.
Se analizó, ya hablando del mercado alemán, los cambios y estrategias a largo plazo, para lo que hay que empezar a posicionarse ya y recoger frutos en el futuro, llevando una delantera de años a destinos competidores que o no tienen una estrategia clara en relación con la sostenibilidad, o la oferta no los acompaña, o no pueden mantener una línea continuada en el tiempo imprescindible para que el atributo sostenibilidad se asocie al destino.
La sostenibilidad ha venido para quedarse y ganará más peso aún con el tiempo. Es lo que desea la gente, más aún las generaciones más jóvenes que son los turistas del futuro y que quizás, incluso, haga perder fuerza al precio como factor determinante al elegir un viaje, como ya pasa en las decisiones de consumo en otros sectores, como el agroalimentario.
El turismo alemán sensibilizado y comprometido con el medio ambiente, ¿qué tipo de recursos, productos o servicios turísticos busca en España?
Dejando claro que la pregunta está muy bien planteada y el turista alemán no es el mismo que el turista alemán sensibilizado, aunque se tienda lentamente hacia la convergencia, el turista no buscaría nada distinto de lo que encuentra y vive en su propio país, que es el listón mínimo aceptable para él o ella.
Las búsquedas de vacaciones sostenibles aumentan año a año y son de dos dígitos, las compras sin embargo son de un dígito. El precio -todavía- o directamente la ausencia de lo que buscan, hacen que haya una disparidad entre búsquedas y compra.
Dicho esto es la sostenibilidad medioambiental, la que tiene que ver con la experiencia directa del turista, el elemento más valorado y, como pasa en Alemania donde la preocupación es cada vez más mayor, el listón está más alto independientemente de si el destino turístico está poniendo el listón más alto o no.
Es muy importante para la oferta no quedarse atrás. Lo que antes podía verse como un lujo acabará siendo el mínimo imprescindible. Más allá de eso, una mayor conciencia social en Alemania está haciendo despuntar también, tímidamente aún, un interés por el impacto social y económico, que cada cual, según su sentido de la responsabilidad, piensa que va a dejar en el destino.
Dicho de una manera coloquial, la sensibilidad medioambiental sería más egoísta en este caso, porque al turista le interesa porque se beneficia directamente de ella durante sus vacaciones, la ve o percibe con más facilidad y contribuye al bienestar del entorno mientras que la sostenibilidad social o económica sería más desinteresada porque iría dejando una huella positiva a largo plazo más allá del turista y sin que lo viva en primera persona.
Esas tres dimensiones a diferentes ritmos avanzan en la sociedad alemana y avanzan también en sus inquietudes a la hora de organizar y comprar viajes -aún compras de un dígito, no lo olvidemos tampoco.
Estamos en la segunda mitad del año 2021. Desde tu experiencia como Consejero de Turismo de la Embajada de España en diferentes destinos en los últimos años, ¿cuáles crees que son los principales retos que plantea este año al sector turístico? Y para el año 2022, ¿qué previsiones tenéis?
El sector turístico en general y no solo el español y no solo el receptivo sino también el emisor, el alemán en concreto, está en una fase lenta pero progresiva de recuperación, con unas velocidades variables que marca la pandemia pero que visto con perspectiva y aun aceptando los altibajos siguen una tendencia ascendente.
Tenemos unos retos a corto plazo que se van gestionando, pero los retos a largo plazo no han variado, y son también las oportunidades: la sostenibilidad, la gestión hacia un turismo no masificado, la convivencia con los residentes, el mayor valor añadido de la actividad turística en forma de redistribución territorial, temporal y en general de la riqueza que genera el turismo y no solo la riqueza económica sino también el enriquecimiento personal asociado a la actividad viajera.
El año 2022 seguiría siendo un año de recuperación de las cifras, que no llegará posiblemente hasta el año siguiente.
El mercado alemán no ha perdido ni un milímetro de su intensidad viajera, el deseo de viajar está latente en quienes no han podido hacerlo, el deseo de viajar a España ha incluso aumentado también por el cierre de muchos otros destinos, de modo que hay que mirar hacia 2022 con mucho optimismo, especialmente los destinos tradicionalmente más demandados irán viendo antes esa recuperación, que poco a poco irá llegando a todos.
¿Qué es para Arturo Ortiz un destino turístico sostenible?
El turismo sostenible, visto desde el lado de la demanda, sería aquel que además de enriquecernos en lo personal como turistas, contribuye de una manera activa a acelerar los avances en los destinos, esto es, no sólo no resta, sino que suma.
El turismo sostenible es el que suma y en el que todos -turistas, trabajadores, residentes, administraciones, empresas- vemos una situación win-win.
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