¿Cómo crees que ha influido la pandemia en los hábitos de los turistas?

La Covid-19 nos ha traído una situación de emergencia global sin precedentes a nivel sanitario y social, desembocando en una grave crisis económica que nuestro sector está viviendo como la peor de su historia.

Y además, a través de esta pandemia, sin duda se han puesto de relieve los grandes retos a los que nos enfrentamos como humanidad, y la necesidad de llevar a cabo cambios trascendentales en nuestra forma de vivir y convivir en el planeta si queremos garantizar nuestra supervivencia como especie.

Pero, a pesar de la dureza de la situación que atravesamos, la lectura positiva de la pandemia es que nos encontramos ante la oportunidad de acelerar el necesario cambio de paradigma y nuestra evolución como sociedad consciente de nuestra convivencia e impactos en la biodiversidad.

En cuanto al turismo, estos efectos de la pandemia también están teniendo su reflejo en los hábitos de los turistas, -que no dejan de ser hábitos y comportamientos de personas en sociedad -.

Así, esta coyuntura ha abierto la posibilidad de encontrarnos ante un turista más consciente del impacto que la actividad genera, tanto positivo como negativo, y de la importancia de llevar a cabo acciones que supongan una mejora para todos los elementos que hacen posible la actividad turística: las personas y el lugar.

Y esto es algo que todos, desde nuestra gran o pequeña parcela, debemos impulsar y fomentar para que esta tendencia se convierta en normalidad, y podamos algún día dejar de utilizar la etiqueta de la sostenibilidad gracias a que hayamos logrado asumir que ésta es nuestra única opción.

¿Qué pasos son necesarios que se den desde las empresas para afrontar esta “nueva normalidad” de la que tanto se habla?

Las circunstancias que atravesamos, no sólo con la pandemia, sino con la emergencia climática y de pérdida de biodiversidad, o el aumento de desigualdades sociales a nivel global, han puesto de manifiesto la necesidad de llevar a cabo de manera inminente acciones que reviertan una situación insostenible en un planeta con recursos finitos.

Como ya sabemos, muchas actividades turísticas dependen en una gran medida de las condiciones climáticas o de la biodiversidad para poder llevarse a cabo, y efectos como la pérdida de ésta, inundaciones, la subida del nivel del mar o las temperaturas extremas generan grandes impactos en el turismo.

Además, a estos desafíos globales, debemos sumar los retos a los que el sector se enfrentaba ya antes de la pandemia en materia de gestión turística y sostenibilidad. Retos que la urgencia por retomar la actividad no debe hacernos olvidar.

Es por ello que, para garantizar el futuro de la actividad turística, todos debemos trabajar con el mismo objetivo común de transformar el desempeño de la actividad turística, incorporando la sostenibilidad en las estrategias de negocio de manera transversal e integral a lo largo de todos nuestros procesos e interacciones, de manera clara y decidida.

Es un hecho que la sostenibilidad ha dejado de ser una preocupación sobre el futuro de los recursos del planeta, para convertirse en una obligación ante la emergencia de nuestro presente.

Tú que has trabajado en organismos públicos, ¿cómo podrían las administraciones ayudar a las empresas a afrontar la “nueva normalidad” en el turismo?

La situación en la que nos encontramos no puede solucionarse con acciones aisladas e independientes por cada una de las esferas económica, política y social, sino que requiere de un consenso y trabajo colectivo con una hoja de ruta común.

Así, el trabajo que desde las administraciones públicas se lleve a cabo debe estar armonizado con políticas empresariales y movimientos sociales, haciendo uso de la inteligencia colectiva, de manera que se pueda garantizar el éxito de las políticas públicas planteadas de manera global.

Además, poniendo la lupa en el sector turístico, son bien conocidas las peculiares características de su tejido económico, muy atomizado y heterogéneo, y con un elevado porcentaje de MiPymes en su composición, que en muchas ocasiones encuentran gran dificultad para llevar a cabo cambios estructurales de envergadura, como a los que nos enfrentamos en estos momentos.

En este sentido, desde las administraciones públicas se debe trabajar porque esta transición económica y social se lleve a cabo de la manera más inclusiva, justa y progresiva posible, proporcionando a estos pequeños empresarios el máximo apoyo para incorporar estrategias de sostenibilidad, tanto en sus modelos de negocio como en su día a día, a la vez que se garantiza la capilaridad y responsabilidad en la gestión de los fondos públicos que se dedicarán a este fin.

¿Qué estrategias sigue tu empresa para contribuir al desarrollo sostenible de vuestra zona de actuación?

Soy una firme defensora del potencial que tiene el turismo como herramienta para la cohesión social, y el desarrollo y prosperidad de personas y comunidades, siempre que sea adecuadamente gestionado.

Mi trabajo con Better Tourism está orientado a construir una economía del visitante responsable y de carácter regenerativo, y bajo los principios de que:

• El desarrollo sostenible es un proceso transversal e integrador que debe implicar a todos los agentes del ecosistema territorial, trabajando bajo una filosofía colaborativa y de manera comprometida.

• El turismo no es una actividad aislada del resto del territorio, siendo necesario entenderlo desde un enfoque sistémico, y desarrollarlo con una visión holística.

• Que, para garantizar la resiliencia del territorio, es necesario analizar y comprender los impactos de la actividad, buscando el máximo beneficio económico, social y cultural para las comunidades receptoras.

• Que cada lugar es único, y por tanto precisa de una planificación específica acorde a su propia identidad y necesidades.

• Y que debemos entender que el turismo es una actividad de personas para personas, y que por tanto su futuro pasa por involucrar a las comunidades locales como un agente básico y principal en la cadena de valor.

Actualmente estás centrando parte de tus esfuerzos en el “turismo regenerativo”. Cuéntanos un poco en qué consiste esta nueva forma de entender el turismo.

Habría que empezar diciendo que el denominado “turismo regenerativo” no es un concepto nuevo, ni un segmento a explotar.

Así como tampoco existe una definición única y global para el turismo regenerativo, aunque sí un consenso en el sentido de que el turismo regenerativo busca generar un impacto positivo y mejorar el bienestar y prosperidad del lugar y las comunidades anfitrionas.

Para hablar de turismo regenerativo, hay que comenzar adentrándose en el concepto de regeneración, entendido como un cambio de mentalidad en nuestra manera de ver y estar en el mundo, de reconectar con la naturaleza y cuidar de todo aquello que nos proporciona vida. Explicado de manera sencilla a través de Anna Pollock, pionera y activista del Turismo Regenerativo, “en su forma más simple, la regeneración trata de crear unas condiciones fértiles que propicien la prosperidad de forma global”.

Así, lo que se ha venido a denominar turismo regenerativo se basa en la aplicación de una visión regenerativa y sistémica al desarrollo turístico.

Es una forma de entender la gestión turística que requiere comprender, entre otras cosas,

• Que formamos parte de un sistema complejo, diverso y con multitud de interconexiones que generan una gran diversidad, y por tanto, riqueza.

• Que, como sistema vivo y dinámico, su buen funcionamiento depende del de todas sus partes dentro de un conjunto global, debiendo crear esas condiciones fértiles para la prosperidad en toda la cadena de valor, incluidas las comunidades anfitrionas.

• Que se alimenta de las propias comunidades donde se desarrolla y de la sabiduría colectiva que de éstas emana.

• Y que debemos reconsiderar conceptos básicos como el del éxito o la competitividad, siendo conscientes de los impactos negativos y costes de la actividad, pero también con una mirada amplia hacia sus beneficios, que van más allá del puramente económico.

En definitiva, el turismo regenerativo, que no es para nada nuevo, supone una transición de paradigma, y su auge y oportunidad puede ser la respuesta que el mundo necesita ante los retos a los que nos enfrentamos.

Porque ciertamente, “no podemos tratar de resolver problemas con el mismo pensamiento que fueron creados”.

¿Y qué papel tiene la sostenibilidad dentro de la regeneración?

La regeneración va más allá de sostenibilidad, se podría decir que es la evolución natural de ésta. No son los mismos conceptos, pero tampoco incompatibles.

El propio término de sostenibilidad hace referencia a causar el menor impacto o evitar la degradación de los recursos existentes, de manera que se garantice su disponibilidad para generaciones futuras.

Sin embargo, el tiempo nos ha demostrado que la sostenibilidad ya no es suficiente para conseguir, ya no sólo nuestra prosperidad y bienestar en el planeta, sino para abordar los cambios rápidos y trascendentales que debemos afrontar en el presente.

La regeneración, por su parte, implica el reconocimiento de la insostenibilidad de muchas de nuestras prácticas actuales, de aprender a vivir, de manera más humilde, en un planeta con recursos finitos. De entender la necesidad de restaurar nuestros ecosistemas, y de que trabajando en armonía con la naturaleza, seremos capaces de desarrollar economías más prosperas, justas, e inclusivas.

Y aplicando esto al sector turístico, muchos profesionales del sector ya llevamos años advirtiendo de la insostenibilidad de la actividad tal y como era practicada antes de la pandemia en muchos aspectos.

Y para garantizar el futuro de esta actividad, y convertirlo en un verdadero catalizador de prosperidad, es necesario restaurar nuestro sistema, dando pasos firmes más allá de la sostenibilidad, evolucionando hacia un sector de carácter regenerativo.

¿En qué zonas del mundo está creciendo más la oferta de turismo regenerativo?

Volviendo al hecho de que el turismo regenerativo está orientado a la propia gestión de su desarrollo, de manera holística e integral, ciertamente estamos viendo cómo cada vez más destinos a nivel internacional están implementando esta visión de conjunción de hospitalidad, economía y ecología en sus estrategias, como es el caso de Nueva Zelanda, Flandes, Escocia o Hawaii, entre otros, que, a gran escala, han realizado una apuesta decidida por un desarrollo de carácter regenerativo.

Igualmente se pueden encontrar iniciativas muy interesantes de recuperación regenerativa entre pequeñas empresas y comunidades, directa e indirectamente vinculados con el turismo.

Sin duda, el desarrollo regenerativo abre grandes oportunidades para el turismo que debemos saber interpretar y aprovechar, a fin de conseguir un sector próspero en su totalidad, y acorde a las necesidades de las personas y el planeta.